señala tú el rumbo.

Es poco lo que sabes de mí,
es poco lo que sé de ti.
Pero no se necesita de una eternidad
para poder percibir y sentir
el libre fluir del cariño y el afecto.

No se necesita conocer
toda la historia y sus detalles,
todos los atajos y caminos
para percibir cuanto hay de bello
y auténtico en el otro,
cuantas buenas sensaciones
nos puede proveer su amistad
que no mide condiciones,
ni impone baratas etiquetas.

Ojalá que como en la música,
nuestras buenas intenciones
puedan convertirse en el arte
de bien combinar el cariño y el afecto
dentro de los límites que imponen
la distancia y el tiempo,
pero abrazándonos en la sinceridad,
en el bien común, en la buena voluntad
y el sentir fraterno.

La suerte está echada,
y en el camino del amor no hay
vientos ni fantasmas que temer.

Señala tú el rumbo,
que yo te seguiré seguro,
siempre listo, con mi brújula de amor,
con mi alforja llena de fe y de esperanza.