Está predicho...
La soledad, la desnudez,
la trampa del tiempo,
la vida desvistiéndose lenta
en unos simples versos,
dejándose retratar
en fotonovelas-flash
y en clícks instantáneos.
Pero está predicho...
ni el sí,
ni el no,
ni el siempre,
ni la apetencia,
ni la penumbra...
ahogaran el amor.
La soledad nos es dada
como aguijón,
y el amor,
con sus sueños imposibles
y su "euforia trémula"
la hace fugaz.