Existes, existo.
Existo,
veo el sendero desandado.
Te veo,
plasmada en los ocasos,
revoloteas,
apaciguas el pase de las sombras.
Existes...
la herida cicatriza,
el pasado ha de arrojarse
ya a los cerdos sin remordimiento,
sin dolor, sin miedos.
Existes,
en la sangre que galopa por dentro,
en el puño que maldice tu asusencia.
Existes conmigo,
sin mí, contigo,
con lo que respiro,
con lo que tengo
y no tengo.